Perforando
Antonio
Carrera
La
tragedia se hace presente de nueva cuenta en Petróleos Mexicanos con la muerte,
por ahora, de 30 trabajadores en un lamentable accidente registrado en el
Centro Receptor de Gas y Condensados, de la subsidiaria Pemex Exploración y
Producción, ubicado en la carretera Reynosa-Monterrey, y donde aún siguen
hospitalizados 16 empleados.
Sin
duda, Pemex es una industria de riesgo, pero de eso a “no maximizar” una de las
peores tragedias –como solicita el flamante dirigente del STPRM Carlos Romero
Deschamps- sería no darle la importancia debida a la labor que realizaban los
30 compañeros que fallecieron en el siniestro.
Mientras
Romero Deschamps “minimiza” la tragedia -en lugar de exigir justicia y
seguridad para sus agremiados- los principales responsables de la Subdirección
de Auditoria de Seguridad Industrial y Protección Ambiental (SASIPA), encabeza
el septuagenario Rogelio Bartolomé Morando Sedas, y de la misma Gerencia de
SASIPA Región Norte, de José Luis
González González, siguen fuera de reflectores y sin dar la cara para explicar que
fue lo que pasó y que se está haciendo en materia de seguridad.
Ayer,
la tragedia fue en la sonda de Campeche. Aquél 23 de octubre de 2007 fueron 22
los trabajadores que perdieron la vida cuando la Plataforma Usumacinta,
propiedad de la empresa Perforadora Central, chocó con el pozo Kab-101 originando
una fuga de gas que obligó al desalojo de todo el personal.
Los
accidentes están a la orden del día en PEP, según reportes de la propia
paraestatal el año pasado se registraron 24 accidentes, donde perdieron la vida
18 trabajadores tanto de Pemex como de contratistas; este 2012 ya se han
documentado por lo menos dos en las áreas de plataformas marinas.
Entre
los accidentes documentados por Pemex, destaca el del pasado 8 de septiembre en
la Plataforma Jack Up "Trinity II", propiedad de la empresa Geokinetics,
que realizaba el levantamiento sismológico Tsimín-Tojual 3DTZ frente a costas
de Campeche y Tabasco, que sufrió la
ruptura de una de sus patas. 10 trabajadores evacuaron la plataforma,
falleciendo seis de ellos.
En
la sonda de Campeche se reportaron sólo seis accidentes que dejaron como
resultado nueve víctimas fatales.
Pese
a estas catástrofes, Carlos Morales Gil ha decidido dejar en el cargo a Morando
Sedas, personaje que está más preocupado en hacer negocios a costa de la
seguridad y la ecología que en cuidar del bienestar y la tranquilidad de los
trabajadores.
A
lo largo de la historia, los accidentes en Pemex son el pan nuestro de cada
día: San Martín Texmelucan, Puebla, cuando un ducto de Pemex explotó dejando
como saldo el fallecimiento de 28 personas, 58 lesionados y 115 casas dañadas
por el incendio.
Antes
fue en Guadalajara, Jalisco, donde una fuga de gasolina o combustibles se
filtró al drenaje público de la ciudad provocando una explosión que causó
oficialmente la muerte de 206 personas y dejó a más de 1 mil 400 heridos.
O
aquél 19 de noviembre de 1984, cuando la sobrepresión de un tanque cilíndrico
de gas en una instalación de recepción, almacenamiento y distribución de GLP,
propiedad de Pemex, desencadenó la serie más larga de explosiones que haya
conocido.
Los
datos oficiales arrojaron un balance trágico de 503 personas fallecidas, 926
heridos por quemaduras y 7 mil personas atendidas en centros hospitalarios, es
la peor tragedia en toda la historia de la industria petrolera.
Para
dimensionar la explosión ocurrida en Reynosa, Tamaulipas, hay que recordar que
apenas el pasado 25 de agosto de 2012, en Venezuela, murieron 39 personas y más
de 80 resultaron heridas en una explosión de la refinería de Amuay, que es la
más grande operada por PDVSA.
Nos
leemos en la próxima…
No hay comentarios:
Publicar un comentario