miércoles, 26 de septiembre de 2012

La nueva tragedia de Pemex


Perforando

Antonio Carrera

 

La tragedia se hace presente de nueva cuenta en Petróleos Mexicanos con la muerte, por ahora, de 30 trabajadores en un lamentable accidente registrado en el Centro Receptor de Gas y Condensados, de la subsidiaria Pemex Exploración y Producción, ubicado en la carretera Reynosa-Monterrey, y donde aún siguen hospitalizados 16 empleados.

Sin duda, Pemex es una industria de riesgo, pero de eso a “no maximizar” una de las peores tragedias –como solicita el flamante dirigente del STPRM Carlos Romero Deschamps- sería no darle la importancia debida a la labor que realizaban los 30 compañeros que fallecieron en el siniestro.

Mientras Romero Deschamps “minimiza” la tragedia -en lugar de exigir justicia y seguridad para sus agremiados- los principales responsables de la Subdirección de Auditoria de Seguridad Industrial y Protección Ambiental (SASIPA), encabeza el septuagenario Rogelio Bartolomé Morando Sedas, y de la misma Gerencia de SASIPA Región Norte, de  José Luis González González, siguen fuera de reflectores y sin dar la cara para explicar que fue lo que pasó y que se está haciendo en materia de seguridad.

Ayer, la tragedia fue en la sonda de Campeche. Aquél 23 de octubre de 2007 fueron 22 los trabajadores que perdieron la vida cuando la Plataforma Usumacinta, propiedad de la empresa Perforadora Central, chocó con el pozo Kab-101 originando una fuga de gas que obligó al desalojo de todo el personal.

Los accidentes están a la orden del día en PEP, según reportes de la propia paraestatal el año pasado se registraron 24 accidentes, donde perdieron la vida 18 trabajadores tanto de Pemex como de contratistas; este 2012 ya se han documentado por lo menos dos en las áreas de plataformas marinas.

Entre los accidentes documentados por Pemex, destaca el del pasado 8 de septiembre en la Plataforma Jack Up "Trinity II", propiedad de la empresa Geokinetics, que realizaba el levantamiento sismológico Tsimín-Tojual 3DTZ frente a costas de Campeche y Tabasco,  que sufrió la ruptura de una de sus patas. 10 trabajadores evacuaron la plataforma, falleciendo seis de ellos.

En la sonda de Campeche se reportaron sólo seis accidentes que dejaron como resultado nueve víctimas fatales.

Pese a estas catástrofes, Carlos Morales Gil ha decidido dejar en el cargo a Morando Sedas, personaje que está más preocupado en hacer negocios a costa de la seguridad y la ecología que en cuidar del bienestar y la tranquilidad de los trabajadores.

A lo largo de la historia, los accidentes en Pemex son el pan nuestro de cada día: San Martín Texmelucan, Puebla, cuando un ducto de Pemex explotó dejando como saldo el fallecimiento de 28 personas, 58 lesionados y 115 casas dañadas por el incendio.

Antes fue en Guadalajara, Jalisco, donde una fuga de gasolina o combustibles se filtró al drenaje público de la ciudad provocando una explosión que causó oficialmente la muerte de 206 personas y dejó a más de 1 mil 400 heridos.

O aquél 19 de noviembre de 1984, cuando la sobrepresión de un tanque cilíndrico de gas en una instalación de recepción, almacenamiento y distribución de GLP, propiedad de Pemex, desencadenó la serie más larga de explosiones que haya conocido.

Los datos oficiales arrojaron un balance trágico de 503 personas fallecidas, 926 heridos por quemaduras y 7 mil personas atendidas en centros hospitalarios, es la peor tragedia en toda la historia de la industria petrolera.

Para dimensionar la explosión ocurrida en Reynosa, Tamaulipas, hay que recordar que apenas el pasado 25 de agosto de 2012, en Venezuela, murieron 39 personas y más de 80 resultaron heridas en una explosión de la refinería de Amuay, que es la más grande operada por PDVSA.

Nos leemos en la próxima…

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