El salinismo toma control del sector energético

Nombres... muestran a dónde va México y Pemex

"Un puñado de jóvenes que no son representativos de la comunidad de la Ibero asumió una actitud de intolerancia respecto a los planteamientos que hacía nuestro candidato".
Pedro Joaquín Coldwell, Secretario de Energía


Perforando
Antonio Carrera


El gabinete energético del nuevo presidente de México, Enrique Peña Nieto, no arrojó muchas sorpresas y sí, muchos nombres identificados con el sexenio del ex presidente Carlos Salinas de Gortari: Pedro Joaquín Coldwell, Secretario de Energía (SENER), Francisco Rojas Gutiérrez, Director General de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y Emilio Lozoya Austin, Director General de Petróleos Mexicanos.
Lógicamente, Lozoya Austin, que cumplirá 38 años el 9 de diciembre, no pudo haber trabajado directamente con Salinas de Gortari, pero su padre - Emilio Lozoya Thalmann- sí lo hizo, y por partida doble, pues fue Director General del ISSSTE (1988-1993) y Secretario de Energía (1993-1994).
Seguramente Lozoya Austin le debe a su padre, amigo y compañero de la Facultad de Economía de la UNAM de Carlos Salinas de Gortari, el cargo que ostenta a partir del 1 de diciembre como titular de Pemex; no dudamos que el novel político pueda tener la capacidad para administrar la empresa más importante de México pues académicamente está bien preparado: Economista, por el ITAM, y Abogado, por la UNAM; además, tiene una maestría en Desarrollo Económico en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.
Sin embargo, todos estos conocimientos no garantizan para nada el buen manejo de Pemex, pues para administrar algo hay que conocer precisamente lo que se va administrar, y creemos que de la exploración y aumento de la producción de crudo, de químicos y elaboración de petrolíferos, el joven político sabe muy poco. Bueno, aunque, seguramente ahí es donde tendrán que hacer su chamba sus asesores, que esperamos, por el bien de Pemex, sí sean gente allegada y con conocimientos de la industria petrolera.
Habría que darle el beneficio de la duda a Lozoya Austin, aunque por su pasado como asesor de la constructora española OHL podríamos adivinar cuál será el destino de Pemex.
Pedro Joaquín Coldwell nunca ha estado en el sector energético pues en su amplia experiencia política se incluye la gubernatura de su natal Quintana Roo, Secretario de Turismo (con Carlos Salinas de Gortari), Comisionado para la Paz en Chiapas, Embajador de México en Cuba, Presidente del CEN del PRI y eso sí, mucho trabajo legislativo como diputado y senador, pero me atrevo a decir que nunca ha presidido -ni integrado- la Comisión de Energía.
Sin duda Joaquín Coldwell es el hombre ideal e institucional para llevar a cabo la tan cacareada Reforma Energética, pues es dócil y fácil de manipular por la gente que desde afuera (Pedro Aspe Armella, el padre de todas las privatizaciones salinistas, que por cierto fue catedrático de Lozoya Austin en el ITAM) orquestarán el destino de las políticas energéticas, donde se incluiría -más específicamente- la entrada de capital privado a Pemex.
De Francisco Rojas Gutiérrez se conoce su pasado como Director General de Pemex en el sexenio salinista; ahora en CFE tendrá el reto de modernizar la compañía y lidiar con los más de 40 mil trabajadores que fueron despedidos al desaparecer Luz y Fuerza del Centro.
Estos tres hombres tienen en sus manos establecer y conducir la política energética de México durante los próximos años, y tomando en cuenta que Pemex aportó al fisco vía
impuestos, derechos y aprovechamientos alrededor de 6.4 billones de pesos en los últimos dos sexenios, seguramente es prioritaria para la nueva administración pues sigue siendo la “gallina de los huevos de oro”.
De entrada Pemex tiene tres retos: definir los alcances de la citada Reforma Energética; elevar la producción de crudo y petrolíferos; y combatir la flagrante corrupción que ha permitido que un puñado de empresas identificadas con el viejo régimen como Oceanografía, Representaciones y Distribuciones EVYA, sólo por citar unas, se enriquecieron brutalmente a costillas de los recursos públicos. Y eso que no metemos al STPRM, pues eso es harina de otro costal.
Nos leemos en la próxima...
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